Si los cálculos no le fallan, la estudiante meritoria del liceo nocturno Pedro Henríquez Ureña entrará a los tribunales de la República a principios del 2015, cuando cuente 72 años de “honesta” existencia.
“Puedo ejercer la carrera por cuatro o cinco años, entonces el título se lo dejo a mis nietos, y a las presentes y futuras generaciones para que vean que cuando tú quieres superarte no tienes que ver la edad como un obstáculo”, dice vestida de colegiala la madre de cinco “trabajadores honestos”.
Lantigua Pérez es cuidadosa al hablar, porque trata de no cometer atropellos contra el idioma. Cree que si sus calificaciones en Lengua y Literatura están por encima de los 90, no debe expresarse como una persona cualquiera.
Intenta hacer uso correcto de sus conocimientos y el esfuerzo le sale muy bien.
Mientras conversa, mueve con armonía las manos y emplea las fórmulas tradicionales de respeto.
Por su disciplina y dedicación, tiene las notas por encima del promedio. Ayer fue la primera en entregar el cuadernillo de matemáticas de las pruebas nacionales.
Aunque la asignatura no es su fuerte, confía en que podrá aprobarla sin dificultades. Se siente animada y con bastantes energías para materializar su plan de vida.
“Difícil es todo lo que no quieres hacer, porque cuando haces las cosas con amor todo se hace más fácil, y además, te sientes útil”, afirma doña Alejandrina, con el tono seguro de la voz de la experiencia.
Los días de clase acostumbra a levantarse antes de las 6:00 de la mañana, pues hace los oficios en casa de un familiar para ganar algo de dinero. Y durante el resto del día resuelve los problemas de su hogar, ubicado en la calle Peatonal Alfonseca número 6, en el sector Simón Bolívar.cachicha.com
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