La escondían en el calzado o en sus partes íntimas. Los integrantes de la banda latina ‘Los Trinitarios’ cumplían escrupulosamente unas reglas y pagaban una cuota
En la mañana de ayer se produjo la última detención, con la que se da por desmantelado el grupo violento que se reunía habitualmente a las puertas de un centro educativo de Pumarín y en una casa abandonada del barrio de El Llano.
Se trata de una chica residente en la localidad de Candás. Con ella, son once los menores arrestados acusados de asociación ilícita.
Se suman otros cuatro jóvenes que no superan los catorce años y por lo tanto no son imputables penalmente. La Policía ha dado cuenta de las investigaciones y el operativo al fiscal Jorge Fernández Caldevilla. Todos ellos están a cargo ya de sus respectivas familias.
El delegado del Gobierno, Antonio Trevín, visitó ayer la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón para agradecer personalmente a los miembros del grupo de Información «el brillante trabajo realizado durante los últimos meses, que ha permitido la desarticulación de la banda que, aunque se encontraba en un estado embrionario, tenía visos en convertirse en muy violenta».
Las investigaciones comenzaron en febrero al tener constancia de los primeros pasos en centros educativos. Empezaron a aparecer pintadas típicas de ‘Los Trinitarios’ (‘3ni’) en lugares públicos y hubo denuncias de padres que aseguraban que sus hijos se ausentaban de casa durante los fines de semana.
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